- Existen más de 300 dolencias reumáticas y afectan a una de cada cinco personas, más a mujeres que a hombres
- Las estadísticas revelan que las personas afectadas por estas patologías viven entre cinco y diez años menos que la población general y la mayoría lo hacen con dolor crónico
Crónicas y en muchos casos dolorosas e incapacitantes, las enfermedades reumáticas no son fáciles de diagnosticar y, no obstante, deben diagnosticarse cuanto antes para evitar consecuencias graves sobre la salud de las personas. El especialista no dispone de una prueba diagnóstica precisa que le permita saber a qué patología se enfrenta exactamente, de forma que clasifica estas enfermedades en base a una serie de criterios que indican que el paciente está padeciendo un determinado trastorno.
Uno de los mejores especialistas en la materia es el Dr. Indalecio Monteagudo, reumatólogo, jefe del servicio de Reumatología del Hospital Universitario Gregorio Marañón y del Hospital Ruber Internacional y miembro de la Fundación Barcelona Salut. De la pasión por su profesión dejó constancia durante la intervención posterior a la reunión conjunta que el Comité Científico y el Consejo Económico de la Fundación España Salud celebraron en CosmoCaixa Barcelona el pasado 21 de noviembre.
El doctor Monteagudo trazó un recorrido por la evolución de las enfermedades reumáticas desde los tiempos en que no existían tratamientos y estas dolencias tenían unos efectos devastadores en adultos y niños, hasta la actualidad. “Existen más de 300 enfermedades reumáticas y afectan a una de cada cinco personas, más a mujeres que a hombres”, informó. Las estadísticas revelan que las personas afectadas por estas patologías “viven entre cinco y diez años menos que la población general y la mayoría lo hacen con dolor crónico”.
Advierte el Dr. Monteagudo que estas enfermedades requieren siempre del tratamiento oportuno, puesto que dejadas a su evolución natural pueden ocasionar “discapacidad, dolor, inflamación, deformidad articular y destrucción de las articulaciones”.
En los últimos años, gracias a los innovadores y efectivos tratamientos biológicos, los pacientes con enfermedades reumáticas han visto mejorar su calidad de vida y reducir el impacto de los efectos secundarios. “Se han producido tremendos avances en los tratamientos que han derivado en un cambio radical en la expectativa vital de los pacientes y en su calidad de vida”, aseguró. Las terapias biológicas actuales impiden que la enfermedad siga avanzando, pero queda camino por recorrer.
El doctor Monteagudo se mostró optimista y dijo atisbar un horizonte esperanzador en la guerra que médicos e investigadores libran contra las enfermedades reumáticas. Así que concluyó su intervención citando al mismísimo Winston Churchill: “Esto no es el final, ni siquiera el principio del fin, pero quizás es el final del principio”.
(Fotografías: Ismael Frasquier)