- Las técnicas, el conocimiento y el abordaje de las enfermedades cardiovasculares han mejorado tanto que se realizan procedimientos cada vez menos agresivos en pacientes de mayor riesgo, de mayor edad y con patologías mucho más complejas
- “Seguir latiendo”, el nuevo capítulo de La Ciencia de la Salud de TVE -una idea original y coordinación de contenidos de Barcelona Salut- se emite mañana en TV2 entre las 13:00 y las 14:00 horas
La tecnología, los extraordinarios avances en imagen médica, las prótesis de última generación y los catéteres para navegar a través de las arterias han revolucionado la cirugía cardíaca, que avanza rápidamente hacia técnicas cada vez menos invasivas que permiten una rápida recuperación y suponen un salto cualitativo en la calidad de vida del paciente.
Hace pocas décadas, el cirujano no tenía otra opción que abrir de arriba abajo el pecho del paciente, conectarlo a una máquina extracorpórea y pararle el corazón en una intervención muy agresiva. En la actualidad, “las técnicas, el conocimiento y el abordaje de la patología cardiovascular han mejorado tanto que podemos realizar procedimientos cada vez menos agresivos en pacientes de mayor riesgo, de mayor edad y con patologías mucho más complejas”, según explica Xavier Ruyra, director del Instituto del Corazón Quirónsalud-Teknon.
En el episodio “Seguir latiendo”, de La Ciencia de la Salud de TVE -una idea original y coordinación de contenidos de la Fundación Barcelona Salut-, que se emitirá mañana en TV2 entre las 13:00 y las 14:00 horas, el Dr. Ruyra afirma que “el futuro de la patología cardiovascular es optimista, prometedor y excitante”, si bien hace hincapié en la importancia de la prevención y de la promoción de hábitos de vida cardiosaludables para llegar a edades avanzadas en las mejores condiciones posibles.
La moderna cirugía cardíaca solo se entiende desde la perspectiva de equipos multidisciplinares -cirujanos, cardiólogos, anestesistas, intervencionistas o técnicos de imagen- que trabajan coordinadamente con objetivos comunes. Los pacientes más habituales de la cirugía cardíaca se dividen en dos grupos. Del primero formarían parte los enfermos con las arterias coronarias bloqueadas como consecuencia de la adopción de hábitos de vida tan poco saludables como el tabaquismo, el sedentarismo y la alimentación desequilibrada. Para devolver el riego sanguíneo a las arterias, el cirujano realiza un bypass coronario -incluso en este caso la cirugía se aborda desde la perspectiva de la mínima invasión, sin abrir totalmente el pecho y parando el corazón el tiempo imprescindible- o bien implanta un stent mediante catéter.
En el segundo grupo de pacientes habituales de la cirugía cardíaca cabría englobar a las personas con enfermedad degenerativa, que presentan desgaste de las válvulas como consecuencia del paso del tiempo. En este caso, las patologías más frecuentes son la insuficiencia de la válvula mitral de tipo degenerativo -que casi siempre se puede reparar sin necesidad de cambiarla por una prótesis- y la estenosis de la válvula aórtica.
“Si viviéramos lo suficiente, todo el mundo acabaría teniendo un cierto grado de estenosis o de obstrucción de la válvula aórtica y cuando esta obstrucción es severa, el único tratamiento posible es cambiar esa válvula mediante cirugía o desplegar una nueva válvula biológica dentro de la propia del paciente a través de un catéter muy fino que nos permite navegar por las arterias”, relata el doctor Ruyra, en referencia al procedimiento conocido como TAVI.
En los últimos años, la imagen cardíaca se ha convertido en una herramienta imprescindible, en la piedra angular de la cardiología moderna. Existen tres técnicas básicas: la ecocardiografía (la más utilizada), el TAC y la resonancia magnética.
Consolidada ya en las fases de diagnóstico e intervención, el reto inmediato es que la imagen médica sea un instrumento de pronóstico, capaz de tomar la delantera a la enfermedad, para así establecer en qué momento un paciente puede necesitar tratamiento en función de su estilo de vida.
Entre los testimonios recogidos en este nuevo episodio de La Ciencia de la Salud destaca el de la abogada Magda Oranich. Cuatro años atrás, llegó “medio muerta” al hospital, con edema pulmonar agudo por insuficiencia cardíaca ya que su válvula mitral no cerraba. Fue operada de urgencia. Durante la conversación que mantienen delante de las cámaras, la complicidad con su cirujano, el doctor Ruyra, es evidente. “Es importante que se cree un clima de confianza y de conexión entre médico y paciente cuando sucede algo así”, admite la abogada.
En el programa interviene también el jurista Severo Bueno, quien explica de forma pormenorizada qué es y por qué es obligatorio el “consentimiento informado”. Este trámite, que se exige en cualquier actuación médica, puede ser verbal si son cuestiones menores. Sin embargo, cuando se trata de intervenciones quirúrgicas o de tratamientos que pueden implicar un riesgo previsible, dicho consentimiento debe plasmarse por escrito y con las firmas correspondientes. Se trata, en definitiva, de aportar seguridad tanto al paciente como al especialista.
Vocación divulgativa
La nueva temporada de La Ciencia de la Salud cuenta con 13 capítulos de cincuenta minutos de duración cada uno. Rodados entre los meses de enero y mayo en diferentes ciudades españolas y con localizaciones en algunos de los hospitales de referencia del país, los episodios se emiten los sábados entre las 13:00 y las 14:00 horas; inicialmente por TV2, para pasar posteriormente a TV1 y al Canal Internacional de la televisión pública.
Cada capítulo aborda una especialidad médica desde el punto de vista de los pacientes y de los profesionales de la salud y lo hace en torno a varias historias reales (algunas de ciudadanos anónimos y otras de personajes de relevancia pública) y a la figura de alguno de los médicos fundadores de la Fundación Barcelona Salut, cuya presencia da cohesión a la narración.
El último capítulo de esta temporada abordará las denominadas enfermedades raras. En cada capítulo de La Ciencia de la Salud se repasan los últimos avances farmacológicos y en imagen médica relacionados con la especialidad tratada.
La Ciencia de la Salud nace de la vocación divulgativa y formativa de Barcelona Salut. La entidad, integrada por una cincuentena de prestigiosos médicos de todas las especialidades, impulsa iniciativas y proyectos destinados a la investigación, el conocimiento de las ciencias de la salud y la promoción de los hábitos de vida saludables, con el objetivo de reducir la incidencia de algunas de las enfermedades más frecuentes de la sociedad actual.