- Solo en la provincia de Girona ya se contabilizan 55 vidas salvadas con estos dispositivos de última generación
- La campaña “Catalunya, territorio cardioprotegido”, impulsada por la entidad benéfica, con el apoyo de las diferentes administraciones, dio sus primeros pasos en las comarcas gerundenses en el año 2011
La importancia de dotar los espacios públicos especialmente concurridos con desfibriladores automáticos de última generación volvió a ponerse de manifiesto el último fin de semana del año, en este caso en la localidad gerundense de Salt. Un hombre de mediana edad que se encontraba arbitrando un partido de baloncesto de la categoría infantil en el pabellón municipal de Salt se desplomó tras sufrir una parada cardíaca. Gracias al desfibrilador instalado por la Fundación Barcelona Salut en estas dependencias deportivas en el marco de la campaña “Catalunya, territorio cardioprotegido” y a la rápida actuación de los allí congregados, el hombre pudo salvar la vida y se encuentra ingresado en el Hospital Josep Trueta fuera de peligro. El dispositivo consiguió mantener con vida al paciente hasta la llegada del Sistema de Emergencias Médicas, que lo estabilizó y lo trasladó al hospital.
El tener a mano uno de estos dispositivos -que pueden ser utilizados por cualquier persona aun careciendo de conocimientos sanitarios- marca la diferencia entre sobrevivir o no a un episodio cardíaco sobrevenido. Una vez activado, el propio desfibrilador (DEA) va marcando los pasos que hay que seguir para “recuperar” a una persona en parada cardiorrespiratoria. El dispositivo solo manda la descarga eléctrica si detecta que el corazón está fibrilando, de forma que su uso en ningún caso puede ocasionar un daño añadido a la víctima.
Solo en la provincia de Girona ya se contabilizan 55 vidas salvadas desde que la Fundación Barcelona Salut impulsó, a partir de 2011, la campaña “Catalunya, territorio cardioprotegido”. De hecho, las comarcas gerundenses fueron las primeras en beneficiarse de esta iniciativa de carácter científico que, posteriormente, se ha ido trasladando a toda Cataluña.
Cuando la Fundación Barcelona Salut impulsó la campaña de cardioprotección de espacios públicos estableció tres criterios de actuación para lograr una mayor efectividad: la accesibilidad, la proximidad y el fácil manejo de los dispositivos.
Muertes por enfermedad cardiovascular
Con más de cuatro millones de fallecimientos al año, la enfermedad cardiovascular persiste como la principal causa de muerte en Europa y tiene mayor incidencia en mujeres. En España, las enfermedades del sistema circulatorio se sitúan como primera causa de muerte, por delante del cáncer y de las enfermedades del sistema respiratorio.
Según los últimos datos disponibles, correspondientes a 2017, la enfermedad cardiovascular fue la responsable de más de 130.000 defunciones en España, de las que casi 23.000 se produjeron en Cataluña, donde este tipo de patologías se cobra la vida de una de cada cuatro personas. De estos 23.000 fallecimientos, algo más de 3.000 corresponden a casos de muerte súbita, que puede afectar a todo el mundo y a cualquier edad, también con especial proporción en mujeres. La muerte súbita multiplica por quince los fallecimientos que causan los accidentes de tráfico.
A la cola de Europa en desfibriladores públicos
Pese a las estadísticas, España se sitúa entre los países europeos con menor número de desfibriladores instalados en lugares públicos fuera del ámbito sanitario. La cifra ronda las 20.000 unidades. Una ratio muy inferior a la de países como Estados Unidos, Japón o Francia. El país vecino, sin ir más lejos, tiene instalados unos 100.000 desfibriladores de estas características.
Por comunidades autónomas también hay grandes diferencias. Madrid es la comunidad mejor cardioprotegida, con un desfibrilador por cada 750 ciudadanos, mientras que en La Rioja hay uno de estos dispositivos por cada 10.400 habitantes. En el caso de Cataluña hay un desfibrilador por cada 3.180 habitantes, destacando Girona como la ciudad mejor cardioprotegida de la comunidad autónoma.